Bienvenidos a este mi intento de decir en letras lo que no siempre puedo decir en palabras







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martes, 6 de abril de 2010

El último dia

EL ULTIMO DIA

Querido amigo;
He recibido tu carta, con cierto temor la leí hasta agotar todas las palabras...y, pensé y, recordé, y... me pongo a escribir.... tal vez como un nuevo intento de volver a tomar mi máquina de contar, y decir con letras, lo que mi corazón guarda, algunas veces en lo profundo de un abismo etéreo de recuerdos dolientes... y otras bajo la forma de una poesía, nacida en lo profundo de mi propia conciencia....
Pero... no he huido al reto de vivir... he sido fiel y consecuente con mi propio pensamiento... sabia desde siempre que la sentencia es categórica... me lo dijo Sartre con su existencialismo.... “lo absurdo de la vida, es: vivir, para morir”, Así conociendo el final.... me propuse vivir de acuerdo con mis principios e ideales..
Siempre he dicho, que el hombre que no se juega por sus ideales, no merece la vida..
Salí de abajo del yugo paterno a los 18 años, con un violín en la mano, una ilusión en el corazón y una esperanza en el alma...
No sabia que el final del camino seria una tortura, no podía saber que a los ideales se los mata, como murieron la mayoría de mis amigos a manos de bestias disfrazados de humanos... no podía saber que el violín quebraría sus cuerdas.... y que la esperanza se tornó en una simple ilusión....
Luché por lo que consideré justo... escapé a Brasil con la primer gran desilusión de amor... dormí varios meses cobijado por la brisa cálida de una playa de Copacabana, supe de lágrimas y rencores, de dolores hambres y quebrantamientos.... grabé un L.P. de música antigua... vendí los derechos de autor... y... con el enorme peso del silencio, volví a mi Bs.As....
Combatí en mil batallas... salí herido de mil de ellas... cada caída correspondía a un nuevo intento... solo el empecinamiento de continuar, me dio fuerzas para seguir...
El Di Tella... esbozaba los primeros esfuerzos de la creación libre de mi generación....
vi. el nacimiento de “I Musichisti”, antecesores de Le Luthier, Jorge Shushein editaba su larga duración, en un intento de aportar a la música, un nuevo horizonte... Héctor Alterio filmaba su “Patagonia rebelde”, todo parecía una primavera, un desfile de amigos, creadores, músicos, poetas, actores... cada intento, era como una flor que se abría, a nuevas sensaciones... No sospechábamos, que desde lo profundo del odio, una banda de forajidos, preparaba la matanza de hombres, mujeres y niños...
Si, puedo decir que he luchado, que he vivido intensamente, que he sabido de dolor y de alegría, nunca baje los brazos, siempre continué... sin saber, que el final.... seria con dolor...
Nací envuelto en sangre, moriré de la misma manera, entre los dos eventos existe un pedazo de tiempo, que algunos llaman vida, y que yo lo defino, como una larga agonía.
Un día, lejano, cuando todavía sentía la vida como una brasa ardiendo en mi cuerpo, cuando aún tenia el esperma urgente, la mirada serena, el pensamiento limpio... vino a verme un amigo... quebrado de dolor, a llorar su primer gran desamor. Su dolor era tan grande que me habló de suicidio, solo teníamos 19 años.
Recuerdo que le dije, que estaba dispuesto a ayudarlo, siempre que estuviera decidido a afrontar las consecuencias hasta el final. Hizo un descanso en su dolor y me escuchó atentamente...
Jorge!!! yo no soy tu amigo, ahora me he convertido para vos en tu médico!!
¿podés entenderlo?... después de un largo silencio me dijo “si, doctor”.
Mire Jorge... he revisado exhaustivamente su caso... y no quiero mentirle... quiero que sepa usted la verdad....
Su rostro se puso blanco, transpiraba un sudor frío que le caía sobre sus miedos, como dolientes gotas de terror, sus manos le temblaban cuando con un hilo de voz me dijo: Doctor!!... estoy dispuesto a escuchar la verdad... no me mienta....
Sea fuerte (le dije), usted esta enfermo, muy enfermo, solo le quedan unos pocos días de vida, le recomiendo que tome este papel y escriba todo lo que le hubiera gustado hacer antes de que llegue el fatídico dia de su próxima muerte....
Jorge tomo la pluma y comenzó a escribir detalladamente todo lo que haría. Llenó varios folios, su semblante iba cambiando de a poco, y su mueca de dolor se transformaba paulatinamente en una sonrisa... luego... dejo todo sobre la mesa, me miró profundamente y me dijo... ¿Para que me has hecho escribir todo esto?,
Jorge... has escrito lo que realmente querías hacer en tus últimos días, yo... no soy tu médico, vos no estás enfermo, pero, viví cada día como si fuera el último....
Me miró, se rió, y me dijo... gracias...
Jorge!! ¿Como se llama la chica que te dejó tan herido?....
¿que chica??...No recuerdo... no recuerdo…
Roberto Learsi