Bienvenidos a este mi intento de decir en letras lo que no siempre puedo decir en palabras







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sábado, 6 de julio de 2013

Paz



SHALOM
No te veo, pero se que estás, mi corazón me dice que te acercas.
Dama de la noche.
Cada dolor acallado con morfina, me informa que estás cerca, que me estás preparando para iniciar el viaje hacia la nada, donde la noche reina, y los ojos cerrados solo intuyen lo que no se ve.
Siempre me pregunto: ¿Qué amigo vendrá conmigo? en sus sentimientos… ¿Qué lágrima mojará mi memoria? Cual de todas las ...caricias envolverá mi cuerpo como manto, para cubrirme de calor y amor, disponiendo todo para pasar la eternidad…
Abrigado por una caricia, mojado por una lágrima de amor
Sabiendo que después de solamente un año, mi memoria no quedará en tu memoria…
Te veo venir entre las sombras de mi propia conciencia.
Parece que solo ahora, estás, pero se que has estado cerca desde el mismo momento de mi nacimiento.
Roberto

domingo, 2 de septiembre de 2012

Al amigo caído en un atentado.




Silencio...

quietud , vacío
Como filos de navaja
tu silencio y mis ansias,
se mezclan en caótico encuentro...

No estás,

Y mi corazón late esperando, una palabra..
una mirada, una sonrisa, una señal.
me pregunto como ha sido
como es posible que solo me quede
esta soledad de mármol frío
donde tu cuerpo se pudre
entre el silencio y el olvido.

NADA.

Que inútil resulta mi pregunta!!!
que doloroso sentir tu ausencia !!
cuanto de agresión encierra el silencio!
Solo el viento contesta mis temores,
y tan solo pedirle a Dios me queda,
que cubra a tu hijos, cuide tu memoria,
porque ellos que todo lo sufren con inocente valentía,
encuentran por respuesta a sus temores,
solo silencio, quietud, desprecio y muerte.
Roberto Learsi





domingo, 5 de agosto de 2012

Quisiera

Quisiera volverte a ver
confundida entre mis versos.
Beber de tu fuente surgente
embriagarme en tus aromas,
que acompañan a todas horas
mis febriles  ansiedades.
Recorrer tus  contornos
adentrarme con mis labios
en esos otros labios,
tiernos, húmedos y frescos,
como pétalos de rosas.
Hasta sentir la plenitud de tu vida
derramándose en mi boca
inundada de amor en una explosión
de placer enloquecido
Sentir, que perturbo tu sueño
con un poema y un verso
cerrar tus ojos con mis besos
al amanecer de nuestro empeño
Roberto





jueves, 7 de junio de 2012

Llamé a las puertas del amor, y solo pude oír las risas, el desprecio, la humillación, pisé la alfombra de un "te quiero" duro, decorado con el silencio de tus ojos.
Busqué desesperado la respuesta… trepé a la orilla de tu sábana cubierto por la espuma del miedo y la desesperación.
Me adentré, caminé, troté, corrí recorriendo tus contornos, con mis manos, mis labio recorrieron tus límites, embriagándome en tus aromas,
Los verbos, los sujetos, los objetos, las palabras, me abrieron paso hacia el abismo de tu escote y al fondo mismo del olvido.
Llamé, grité, gemí, lloré, y solo el eco de mi canto respondió al llamado.
Recosté mi pensamiento sobre una mullida cama de versos, jirones, pedazos de sentidos, algo de aliento,  un alfabeto frío y lejano me penetró hasta el fondo de las penas, me hirió y sangró conmigo hasta el alba, despertando en un campo impresionista, de luz mortecina,
rubia, de pasión, lujuria, miedo, y soledad, es el rostro del olvido, una muchacha, a imagen y semejanza de mis realidades, trotando por las arenas, surgiendo desde el fondo del mar, envuelta en el sol del mediodía, dulce melodía de labios humedecidos, límpidos, de ojos negrísimos, brillantes, tristes, dramática sinfonía de ruidos de mar, sol, arena, es el rostro del olvido.
Sin permiso entré al olvido, Abracé la muchacha, mondé el poema por su esquina mas dúctil y lo tragué. Era un poema fibroso, carnal, ardiente, tan límpido como el agua, Un poema lavado de recuerdos, ya había perdido la memoria en un recodo del camino, Un poema erecto, viril, con su guitarra blasonada de silencios, con la alegría rota en un falsete y la tristeza muerta y desolada. Un poema desnudo, como la muchacha, un poema sin nombre…
Ven, entra en mi poema, toca, palpa desnuda muchacha, que restriegas el poema por el iris, por las carnes, Te invito, entra al olvido, la puerta está abierta, así plácido poema con toda la piel poblada de arrugas, latiendo. Ven, no te acobardes, escucha el ruido del silencio, llamando a las cosas por su nombre. El hombre olvida, el poeta olvida, el amigo olvida, entra, ya no podrás salir. He puesto las siete llaves del olvido
Roberto 



jueves, 19 de abril de 2012

Amigo lector, que con lasciva miras...
tu que lees envuelto en  silencio. Si pasas por esta pagina publicada ¿ por que no puedes dejar una palabra?... ¿como es posible que tantos y tantos los que leen?.. y no nos dejan oír sus pareceres... el que con esfuerzo escribe,  tan solo una frase escrita te pide... No es por vanidad que acá me quejo... es simplemente por saber certero, que no estoy escribiendo en solitario.
Quiero que sepas que lo que acá lees, ha salido de mi mente y de mi pluma... que no copio opiniones o consultas, que solo espero de ti una respuesta... porque mi precaria mente no entiende ni tolera, y la pregunta me parece justa.... ¿por que son tantas las visitas...y ni siquiera una la respuesta adjunta?
Roberto

viernes, 27 de enero de 2012

Vida


Suelo no guardar la correspondencia por mas de 4 o 5 días. Pero si, guardo la sensación... lo que la palabra me ha dejado en el corazón o en la mente... Recuerdo que te había escrito pidiendo una respuesta, y tu contestación fue esquiva,  estabas enferma, yo... guardé la sensación de una gripe y así te lo he dicho.


Hoy escribo, por la cantidad de sensaciones y cosas que me van quemando por dentro y que convertidas en palabras, las vuelco en un papel para sacarlas de adentro y guardarlas en la memoria de los demás, que es una forma de continuar existiendo.

A veces, solo por momentos, logro guardar mis palabras en forma de versos en el corazón de mis lectores, es una forma de amar, en silencio.

Es, mi forma de derrotarte, señora del silencio… y de la nada…

En esta máquina de contar, donde todo se puede, donde todo se siente, aún en el insondable pasado de espera, sobre el papel en blanco, cuando las musas permanecen en un rincón, durmiendo sobre mis ideas…te escribo, amiga mía… tu, que has estado esperándome desde el momento mismo de mi nacimiento… agazapada en un rincón… anunciando tu presencia….

Yo, tratando de ignorarte, intentando conjugar el verbo "ser" que de ti me libertara…Tu, pacientemente esperando, sabiendo que al final la victoria será tuya. Tu, que estás en todo lugar, en el cielo, en el mar, en el campo de batalla. Tu, que llegas al que no te espera… que te niegas al que te reclama. Yo, que te he visto en el rostro del torturador, en la lágrima de la parturienta, en la sonrisa del inocente. He visto a gente trabajar para tu cosecha, despreciando la macabra realidad que al final también al matador te lo llevas y en la fosa, todos los esqueletos son iguales…

Roberto

sábado, 8 de octubre de 2011

Operación corte




¿Que pasó ?
¿Donde estoy?
¿Acaso me he dormido?
¡Que extraña sensación!, como si me faltara algo, pero, no puedo comprobarlo, estoy medio dormido, casi sin fuerzas, mis músculos no responden a mis deseos. Solo el silencio interno, y esa voz, que viene del hombre cubierto con una bata blanca…
-Tranquilo, hemos tenido que inyectarle un calmante. Eso te durmió, luego vino la
anestesia general.
Estabas muy nervioso,  -continuó diciendo la bata blanca-  casi como ahora
¿Cómo llegue?...,¿Quién me ha traído?.
Te cuento, pero, no te pongas nervioso, eso fue solamente rutina.
Ya no podías seguir así, vos te resististe siempre a este tratamiento, ya ves, a pesar
de todo, aún estas vivo¡¡
Deberías agradecernos lo que hacemos por vos¡¡
¿Agradecer?, me han traído a la fuerza, ¡contra mi voluntad! ¿Qué pasó?
Estabas sentado, más bien, comiendo una simple ensalada…
¡¡Si!! Ya recuerdo, vinieron a verme cuatro matones, cuatro asesinos sin escrúpulos,
                        me maniataron, luego sentí un profundo pinchazo en el brazo derecho, luego… nada
todo silencio.
¡Claro!, esa fue la anestesia, te resistías mucho, no teníamos otra forma de traerte, entre los cuatro, te pusimos en la furgoneta blanca y… acá estás, volviendo de la anestesia, ¿Cómo te sentís?. No ha habido posibilidad distinta, ¡¡tuvimos que cortar!!
¡Mal me siento!
¿Querés mirarte?, un espejo te va a ayudar a aceptar tu nuevo estado, no es tan grave, muchos hombres han conseguido vivir después del corte.
Se valiente, no queda otra, ya está hecho.
Todo ha sido una planificación de tu mujer. Ya estaba cansada de verte así. Demasiado largo para ella, le molestaba, le alteraba. La pobre te lo pidió mucho, pero vos, no le hacías caso, por eso, planeamos de hacerlo de esta manera.
Una operación de rutina, casi sin peligro, no te preocupes, todo salio bien.
Espero que en uno o dos años más, puedas venir solo, sin que tengamos que ir a buscarte. Después de todo… cortarse el pelo, ¡No es una tragedia!
Roberto Learsi